Alguno de nuestros lectores se cuestionará sobre qué estamos hablando, desde preguntas como: ¿es lo mismo emergencia que urgencia? ¿por qué calidez y no calidad? ¿es posible cumplir con el enunciado en situaciones de mucho estrés? Esta última pregunta podría aplicarse (o duplicarse si se me permite el termino) al estrés que sufre el usuario, la familia y el equipo asistencial.
En “el” CASMU (término no muy académico que nos da simpatía y cariño) en los sectores en donde trabajamos la mayoría de nosotros, son lugares donde el dinamismo propio de los problemas/enfermedades de los usuarios deben ser resueltos en el menor tiempo posible. Entre ellos contamos con enfermedades que requieren de una pronta resolución y otras, que por su naturaleza deben ser resueltas con premura. Todo esto hace que en nuestro trabajo, el de todo el equipo, sea difícil pero no imposible conjugar la premisa calidez y tiempos breves.
¿Por qué calidez y no calidad asistencial?
Es propio o está implícito en nuestra profesión, la necesidad de mejorar nuestra técnica e ir afinando nuestros conocimientos en pos de una asistencia con excelencia técnica, y este punto no es cuestionado en lo más mínimo, la calidad asistencial debe estar asegurada tanto sea para nosotros como usuarios o trabajadores. Nadie discute su relevancia y preponderancia. Sin embargo es en la calidez de la asistencia en lo que se quiere hacer foco, en el trato, en la cercanía, y dar en esta lectura por sentado el gran nivel académico de nuestros funcionarios CASMU.
En nuestra institución somos en su mayoría usuarios CASMU y sabemos por nuestras propias experiencias lo que es sentirse necesitado de ayuda. Nos ha pasado a todos alguna vez, de ser familiares acompañantes de nuestras familias. Es un punto no menor que todos quienes lean este artículo sepan que nos ha tocado estar “a ambos lados del mostrador”, término poco feliz que parece que enfrenta a unos y los otros pero que espero no se mal entienda, sino todo lo contrario, somos todos seres humanos cumpliendo funciones distintas según los que nos toque vivir en ese momento, tanto sea como funcionarios, usuarios, o familiar de usuario. Por ello es que muchas veces logramos tener empatía y ponernos en el lugar del otro que en ese momento necesita de nosotros.
Cuando “el tiempo apremia” es difícil para todos generar un ámbito de calidez, pero nuestro equipo dará todo para brindar la mejor asistencia al usuario. Existen gestos que son muy simples y demuestran nuestra idea de aproximarnos a los pacientes y sus familias, que no por realizarlos en forma oportuna generan complicaciones en la asistencia.
Nos interesa como institución ir hacia el encuentro con el usuario de forma que éste sienta seguridad y a la vez confianza en lo que realizamos a diario. El llegar y saludar con un buen apretón de manos mirando a los ojos, haciendo contacto físico, conociendo el nombre y apellido de nuestros pacientes y, si la circunstancia lo amerita, referirse por el nombre, así como saludar y tener presente a las familias de nuestros usuarios que muchas veces sufren, de forma distinta, lo que su familiar o amigo está padeciendo. Tener presentes a todos es parte de este acercamiento que planteamos y estamos llevando a cabo. Que no es otra cosa que una medicina humanizada. Charlar sobre lo que está generando en la persona el proceso salud/enfermedad, explicar lo que estamos realizando, hecho que disminuye la ansiedad de todos, son puntos breves en el trato que perfectamente aplicamos en el sector a pesar de los tiempos apremiantes. El tiempo jamás nos ganará la batalla contra el humanismo si tenemos presente y empatizamos con el otro y su familia. Que nuestros usuarios sientan que no es “el médico” el que lo está viendo sino todo un equipo asistencial. Buscamos acompasar los tiempos acotados con un sin fin de hechos pequeños, pero no por esto menos importantes, que hacen a esa calidez asistencial. Nosotros, como parte del equipo, debemos sin dudas explicarle al usuario y si éste lo estima, a su familia, lo que le está sucediendo y poner ante él cuáles son las mejores estrategias para ayudarlo en su proceso. Esto nos hace direccionarnos en busca de esa constante que es la calidez asistencial a pesar de los tiempos asistenciales breves.
Desde CASMU 1727 día a día nos esforzamos en cumplir con esta premisa todos los trabajadores, desde quienes reciben su llamado, quienes lo orientan, los que lo asisten y los que lo acompañan hasta culminada su asistencia. Generar en todos (funcionarios y usuarios) este sentimiento de calidez asistencial. Este es un compromiso de CASMU que debemos todos (y me permito incluir al lector) hacer propio, el trato humano entre todos, hecho que sin lugar a ninguna duda nos llevará a la calidez asistencial sin descuidar la calidad, a pesar del tiempo. Compromiso del sector prehospitalario con nuestra querida 1727 y de todo “el” CASMU.